Mi respuesta es: Sí.
Es lo más probable que la Junta de Gobierno del Banco de México decida el próximo 2 de agosto una nueva alza de 25 puntos base a su tasa objetivo para llevarla a 8 por ciento.
Esta atrevida suposición se sustenta en información pública, al alcance de cualquiera. No es fruto de la adivinación, ni mucho menos de "información privilegiada", de secretos o de confidencias indebidas.
Gracias a la política de comunicación del propio Banco Central que es deliberadamente transparente y oportuna, podemos inferir que, ante cualquier indicio de que las expectativas que acerca de la inflación tienen los agentes económicos empiecen a perder su anclaje, la Junta de Gobierno no dudará en elevar la llamada tasa de referencia para que, por así decirlo, "las aguas regresen a su nivel".
Hoy jueves 5 de julio el Banco de México difundió la minuta 60 referente a la reunión de política monetaria que la Junta de Gobierno sostuvo el jueves 21 de junio y en la que por unanimidad decidió incrementar la llamada tasa de referencia en 25 puntos base, lo que la llevó a su actual nivel de 7.75 por ciento.
Cito sólo dos párrafos de dicha minuta que a mi juicio revelan claramente cómo actuará la propia Junta de Gobierno:
Uno, respecto de la decisión del 21 de junio: "Todos los integrantes (de la Junta de Gobierno) coincidieron en que, ante un entorno más adverso, es indispensable una respuesta de política monetaria para evitar un desanclaje de las expectativas de inflación, evitar efectos de segundo orden, y procurar la convergencia de esta a su meta".
Dos, respecto de lo que la Junta hará hacia adelante: "Ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3 por ciento".
No es ocioso recordar que ayer, miércoles 4 de julio, el probable Secretario de Hacienda en la futura administración, Carlos Urzúa, sorprendentemente dijo que prevé para el cierre de 2019 una inflación de "entre 4 y 5 por ciento". Previsión que, salta a la vista, está totalmente desanclada respecto de la meta permanente del Banco Central.
Tenemos, pues, a un agente económico de gran relevancia (actual y potencial) que envía una señal al resto de los agentes económicos discordante con la meta permanente del Banco de México.
La conclusión sobre lo que pasará en el futuro inmediato con la tasa de interés de referencia que utiliza el Banco de México para instrumentar su política monetaria me parece casi obvia.
Habrá que bendecir la transparencia en la comunicación del Banco de México, fruto por cierto de su autonomía, que no nos cansaremos de defender y de agradecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario