viernes, 11 de febrero de 2011

El “súper cuento” del “súper peso”

Si Gateau, mi amigo filósofo que vive a las orillas de un hermoso lago en Suiza, hubiese accedido a ir a Davos, al Foro Económico Mundial que todos los años se celebra en esa población alpina, tal vez habría escuchado declaraciones como la siguiente que la agencia Notimex le atribuyó el domingo 30 de enero al economista Guillermo Ortiz Martínez:

“Una apreciación excesiva del peso (mexicano) es inconveniente”.

Supongo que a Gateau, filósofo agudo, no le habría pasado inadvertida la burda tautología de la frase citada: ¿Alguien sabe de algo que siendo excesivo no sea inconveniente?, ¿puede algo ser excesivo sin convertirse por ello mismo en inconveniente?

Y supongo, conociendo a Gateau, que mi amigo filósofo se habría encogido de hombros ante la presunta declaración y habría dicho: “Ya ves porque no quise acercarme a ese campamento invernal de celebridades mundiales, ¿para qué?, ¿para escucharles bordar en el vacío?”.

Gateau parecería tener razón, pero debo advertir que tal vez no se dijo ahí lo que dicen que se dijo…No sería la primera vez que alguien reportase de forma equívoca lo que otro dijo y que nos encontrásemos en la penosa situación de estar discutiendo acaloradamente sobre lo que nunca existió.

Por ejemplo, algo que los fríos datos demuestran es que la conseja, tan repetida últimamente por algunos negociantes mexicanos, de que el peso experimenta una peligrosa apreciación frente al dólar – y que ya se ha motejado como el terrible caso del “súper peso” – es tan sólo un “súper cuento” alimentado por la ignorancia, el descuido al hablar y el interés de unos cuantos por aumentar sus ganancias a costa de infligir a los demás una pérdida en el poder adquisitivo de sus salarios.

¿Qué dicen los fríos datos?, que la cotización del peso mexicano frente al dólar es hoy entre 17 y 18 por ciento menor de lo que era en agosto de 2008 (cuenta rápida: un peso compraba casi un décimo de dólar en agosto de 2008, hoy un peso compararía apenas 8 centavos de dólar) justo en vísperas de la terrible crisis global que desató la quiebra de Lehman Brothers al mes siguiente. Los fríos datos nos dicen, también, que el peso es la moneda más depreciada frente al dólar entre un amplio conjunto de monedas de economías emergentes: Chile, Perú, China, Colombia, Brasil, India y Corea; la lista es en orden de las más a las menos apreciadas frente al dólar en el periodo que va de agosto de 2008 a enero de 2011.

Al respecto, le recomiendo al lector buscar en la red la presentación que hizo el subgobernador del Banco de México, Manuel Sánchez González, a economistas del sector privado el pasado miércoles 9 de febrero, titulada “Consideraciones sobre el tipo de cambio en México”. Estudiar y entender lo que ahí se dice es buena vacuna contra muchas tonterías que pululan en el ambiente, como son los torpes exhortos a que el banco central “actúe” para evitar que el peso se fortalezca.

Si, como hemos visto, este asunto del “súper peso” es un “súper cuento” (superlativo por la magnitud de la mentira), me parece prudente dudar de la exacta veracidad de las declaraciones que se atribuyen a economistas tan rodeados de prestigio.

Gateau desdeña noticiarios y periódicos y sentencia: “Cuando quiero deleitarme con ficciones prefiero leer a Flaubert”.

Por supuesto, Gateau es injusto: Las verdades son tan necias que a veces hasta se cuelan en las páginas de los periódicos.

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